29/3/09

Yo no sé, si siempre sentimos lo mismo por distintas personas, o cosas diferentes por cada uno, o nada por ninguno, quizás todo por uno ¿Y si solo sentimos una vez todo?, una vez todo lo que sentiríamos por muchos, todo para uno, todo por todos los que habrían, o si sencillamente... nada de esto es cierto, yo no sé...
y no sabría que decir


una miríada de sucesos entrecruzados.

25/3/09

Ese año el invierno golpeó duro, cambió todo, rompió mucho, botó cosas, armó otras
sacó, movió, aparecieron personas, desaparecieron amores
armó a su antojo un nuevo estado de las cosas, rompiendo con el antiguo orden del universo
Hace tiempo que un invierno no se sentía tan frío, tan hostil, tan amargo, tan angustiante, tan de ciudad, tan lejos de todo, tan ajena la gente, tan desconocidos todos, tan poco importantes.

Nunca él había dejado de estar, y precisamente ese invierno ya no estaba, hace tiempo que no estaba, y su ausencia, invisible a los ojos de todos, pude incluso tocarla.

Cada mañana fragmentos de frío se clavaban como esquirlas en la piel, esa piel que día a día perdía color, grosor, suavidad, temperatura. Muchas veces el llanto me acompañó en escenas inéditas, rodeada de la grotesca alegría de todos, intrusa, inoportuna, indiscreta, impertinente, tantos impertinentes, tantos sin sentido.

Al borde de la cama, al borde de otras camas, al borde de la calle, en las esquinas de las plazas vacías, paciente bajo los árboles hasta que perdieron el follaje.

El frío pasó, los dolores quedaron y el aire seco que tantas veces me detuvo la respiración dejó huellas, marcó con puntadas el paso del tiempo y designó un camino inalcanzable al dersvío humano. Ahora, como es de extraño todo, de desconcertante, de inútiles tantas cosas, de vacías tantas palabras . La verdad es que no importa cuanto hayas vivido
que hayas hecho
o dicho
a veces, y casi siempre, un acontecimiento, un solo movimiento, como una palabra en la poesía
como el primer párrafo de un cuento
entrega, llena, le da todo el significado a la estadía, mueve la mano que produce la escritura de las páginas de toda una vida
y determina para siempre
el ánimo de tus amaneceres
el modo, tu tono de voz
las formas de tu movimiento, tu manera de tocar
tu forma de aconsejar
la vulnerabilidad de tus sentimientos
la tinta de tus dedos.